martes, 27 de marzo de 2007

Sin Luz


Sí, ya sé...me he demorado en actualizar mi blog. He recibido quejas al respecto, pero esto de comenzar mi carrera de empresaria (palabra bastante grande estimo yo) no ha estado exento (a propósito ahora sé de facturas exentas) de miles de milésimas de detalles del sistema. Pueden leer algo de esto en las entradas antiguas de este blog. Pero, ya estoy aquí y les contaré que el fin de semana me fui de 'parranda' a la capital. Una parranda muy especial: un Taller de Filosofía y Meditación Sufí. No les voy a decir todas las cosas que me resonaron en este texto, me concentraré en una, que dice relación con el título de esta entrada: estar sin luz. El maestro sufí que daba este taller As Sayyed Nurjan decía que la ignorancia es como entrar en una pieza amoblada pero sin luz. A medida que caminamos en ella, chocamos con las cosas, nos tropezamos, nos golpeamos y probablemente todo eso nos enoje, nos angustie, nos irrite, nos deprima. Imagino caminar sin saber lo que hay en la habitación, sin saber sortear los muebles, sin ver. Prender la luz es prender la consciencia. Prender la consciencia es apagar la ignorancia. Apagar la ignorancia también nos da una inmensa responsabilidad: una vez que sabemos ya no podemos alegar que no sabíamos, y somos responsables de lo que hacemos, lo que decimos, lo que vemos y cómo actuamos.
Cada vez que abrimos nuestro conocimiento, alimentamos nuestra alma, le damos luz a nuestro espíritu. Estar atentas a las señales, dispuestas al aprendizaje que se nos da momento a momento es irle dando cada vez más watts a nuestra luz interior, para así no chocar con los muebles en una habitación sin luz.